Comenzamos nuestro camino en Mons (Bélgica) en el año 1993 y articulamos
nuestra visión radical de la Soberanía Alimentaria en 1996 en Tlaxcala
(México) en 1996 logrando reposicionar al campesinado, hombres y mujeres
como actores sociales centrales en los procesos de resistencia a la
agenda de comercio neoliberal y en la construcción de alternativas. Los
pueblos de la tierra somos actores indispensables en la construcción, no
sólo de un modelo de agricultura distinto, sino de un mundo justo,
diverso e igualitario. Somos nosotras y nosotros los que alimentamos a
la humanidad y cuidamos la naturaleza. Las generaciones futuras dependen
de nosotros para el cuidado de la tierra.
Hoy más que nunca, otro mundo es urgente y necesario. La destrucción de
nuestro mundo a través de la sobrexplotación y desposesión de los
pueblos y la apropiación de los bienes naturales está produciendo la
actual crisis climática y profundas desigualdades que amenazan a la
humanidad en su conjunto y a la vida misma. La Vía Campesina dice un
rotundo NO a esta destrucción impulsada por las corporaciones.
Nosotros estamos construyendo nuevas relaciones entre los seres humanos y
con la naturaleza sobre la base la solidaridad, la cooperación y la
complementariedad. En el corazón de nuestra lucha esta en la formulación
de una ética para la vida que atraviesa todas nuestras acciones y
búsquedas.La Vía Campesina se ha comprometido a dar visibilidad a todas
las luchas locales alrededor del mundo, asegurando que sean entendidas
desde una perspectiva internacional y contribuye a involucrarlas en un
gran movimiento global por la soberanía alimentaria, el cambio social y
la autodeterminación de los pueblos del mundo.
Llamamos a todas nuestras organizaciones, a nuestros aliados y amigos,
amigas, hermanas y hermanos en la lucha, y a todos aquellos
comprometidos con un futuro mejor a continuar caminando juntos y juntas y
a rechazar la agenda de la “Economía Verde” y a continuar construyendo
la Soberanía Alimentaria.
Nuestras luchas
Soberanía Alimentaria Ya – Transformando el mundo
La
Soberanía Alimentaria que es el eje central de la lucha por un proyecto
de justicia social que hoy convoca a amplios sectores del campo y la
ciudad. La soberanía alimentaria es el derecho fundamental de todos los
pueblos, naciones y estados a controlar sus alimentos y sus sistemas
alimentarios y a decidir sus políticas asegurando a cada uno alimentos
de calidad, adecuados, accesibles, nutritivos y culturalmente
apropiados. Ello incluye el derecho de los pueblos para definir sus
formas de producción, uso e intercambio tanto a nivel local como
internacional.
Durante las últimas dos décadas nuestra visión de la
Soberanía Alimentaria ha inspirado a una generación de activistas
comprometidos con el cambio social. Nuestra visión del mundo implica una
revolución agrícola que significa profundas transformaciones agrícolas,
socioconómicas y políticas. La Soberanía Alimentaria ha enfatizando la
importancia crucial de la producción local y sustentable, el respeto por
los derechos humanos, precios justos para los alimentos y la
agricultura, comercio justo entre países y la salvaguarda de nuestros
bienes comunes contra la privatización.
Hoy estamos frente a la mayor crisis de nuestra historia y la misma es una crisis sistémica. Las crisis alimentaria, laboral, energética, económica, climática, ecológica, ética, social, política e institucional están llevando al colapso en muchas partes del mundo. En simultaneo la crisis energética se agudiza día a día frente al agotamiento de los combustibles fósiles y es enfrentada con falsas soluciones que van desde los agro-combustibles a la energía nuclear, la cual ha demostrado ser una de las peores amenazas para la vida sobre la tierra.
Hoy estamos frente a la mayor crisis de nuestra historia y la misma es una crisis sistémica. Las crisis alimentaria, laboral, energética, económica, climática, ecológica, ética, social, política e institucional están llevando al colapso en muchas partes del mundo. En simultaneo la crisis energética se agudiza día a día frente al agotamiento de los combustibles fósiles y es enfrentada con falsas soluciones que van desde los agro-combustibles a la energía nuclear, la cual ha demostrado ser una de las peores amenazas para la vida sobre la tierra.
Rechazamos el capitalismo, que en este momento se caracteriza por un
agresivo flujo del capital financiero y especulativo hacia la
agricultura industrial, la tierra y la naturaleza. Esto ha generado un
inmenso acaparamiento de tierras, la expulsión de campesinas y
campesinos de su tierra, la destrucción de pueblos, comunidades,
culturas y sus ecosistemas, creando migraciones y desempleo masivos.
Esto genera masas de migrantes económicos y refugiados climáticos y
desempleados, incrementando las inequidades existentes.
Las transnacionales en complicidad con los gobiernos y las instituciones
internacionales están imponiendo bajo el pretexto de la Economía Verde,
monocultivos de transgénicos, la megaminería, las grandes plantaciones
forestales, la imposición de plantaciones de agrocombustibles, la
construcción de grandes represas, el fracking y los oleoductos o la
privatización de nuestros mares, ríos, lagos y nuestros bosques. La
Soberanía Alimentaria arrebata el control sobre nuestros bienes comunes
devolviéndolos a manos de las comunidades.
La Agroecología es nuestra opción para el presente y para el futuro
La
producción de alimentos basada en la agricultura campesina, el
pastoralismo y la pesca artesanal sigue siendo la principal fuente de
alimentos en el mundo. La agricultura campesina de base agroecológica
constituye un sistema social y ecológico que está conformado por una
gran diversidad de técnicas y tecnologías adaptadas a cada cultura y
geografía. La agroecología elimina la dependencia de los agrotóxicos;
rechaza la producción animal industrializada; utiliza energías
renovables; permite garantizar alimentación sana y abundante; se basa en
los conocimientos tradicionales y restaura la salud e integridad de la
tierra. La producción de alimentos en el futuro estará basada en un
creciente números de personas produciendo alimentos en forma diversa y
resiliente.
La agroecología protege la biodiversidad y enfría el planeta. Nuestro
modelo agrícola no solo puede alimentar a toda la humanidad sino que
también es el camino para detener el avance de la crisis climática
enfriando el planeta a través de la producción local en armonía con
nuestros bosques, alimentando la biodiversidad y la reincorporación de
la materia orgánica a sus ciclos naturales.
Justicia social y
climática y solidaridad
A medida que avanzamos y construimos a partir
de nuestra diversidad cultural y geográfica, nuestro movimiento por la
soberanía alimentaria se ve reforzado integrando la justicia y la
igualdad social. Practicando la solidaridad por sobre la competencia,
rechazamos el patriarcado, el racismo, el imperialismo y luchamos por
sociedades democráticas y participativas, libres de explotación de las
mujeres, los niños, los hombres o la naturaleza.
Demandamos justicia climática ya mismo. Quienes más sufren este caos
climático y ecológico no son los que lo han provocado. Las falsas
soluciones de la economía verde para continuar el crecimiento
capitalista están empeorando la situación. Se crea una deuda ecológica y
climática que debe ser corregida. Por esta razón demandamos la
inmediata detención de los mecanismos de mercados de carbono,
geoingeniería, REDD y los agrocombustibles.
Ratificamos la necesidad y nuestro compromiso de luchar en forma
permanente contra las corporaciones transnacionales, actuando entre
otras formas, boicoteando sus productos y rechazando cooperar con sus
prácticas de explotación. Los Tratados de Libre Comercio y los acuerdos
de inversión han creado condiciones de extrema vulnerabilidad e
injusticias para millones. La implementación de estos tratados trae como
resultado la violencia, la militarización y la criminalización de la
resistencia. Otra consecuencia trágica de los mismos es la creación de
una masa masiva de migrantes mal pagados, con trabajos inseguros e
insalubres y con violaciones de sus derechos humanos y discriminación.
La Vía Campesina ha logrado colocar los derechos de los campesinos y
campesinas en la agenda del Consejo de los Derechos Humanos de la ONU y
llamamos a los gobiernos a ponerlos en práctica. Nuestra lucha por los
derechos humanos está en el corazón de la solidaridad internacional e
incluye los derechos y protección social de los agricultores migrantes y
trabajadores de la alimentación.
Las luchas por el derecho a la tierra, a la alimentación, al trabajo
digno, contra la destrucción de la naturaleza, son criminalizadas. Son
cientos los compañeros y compañeras que han sido asesinados en los
últimos años y otros muchos ven amenazadas sus vidas o son perseguidos y
encarcelados, frecuentemente con el apoyo o la complicidad de las
autoridades públicas.
Un mundo sin violencia y discriminación contra
las mujeres
Nuestra lucha es para construir una sociedad basada en la
justicia, la igualdad y la paz. Exigimos el respeto de todos los
derechos de las mujeres. Rechazando el sistema capitalista, patriarcal,
la xenofobia, la homofobia y la discriminación basada en cuestiones
raciales, étnicas, reafirmamos nuestro compromiso en lograr una igualdad
total entre hombres y mujeres y hombres y sus derechos a una total
igualdad. Esto requiere el fin de toda forma de violencia contra las
mujeres doméstica, social e institucional tanto en las zonas rurales
como en las zonas urbanas. Nuestra Campaña contra la Violencia hacia las
Mujeres está en el corazón de nuestras luchas.
Paz y desmilitarización
Vivimos un incremento de conflictos y guerras para la apropiación, proliferación de bases militares y criminalización de la resistencia. La violencia es intrínseca a este sistema capitalista mortal basado en la dominación, la explotación y el pillaje. Nosotros estamos comprometidos con el respeto, la dignidad y la paz.
Nos duele y nos honra los cientos de campesinas y campesinos que han
sido amenazados, perseguidos, encarcelados, asesinados por sus luchas.
Continuaremos exigiendo rendición de cuentas y castigo para quienes
violan los derechos humanos y los derechos de la naturaleza. Demandamos
también la liberación inmediata de todos los presos políticos.
Tierra y territorios
Defendemos una Reforma Agraria Integral que ofrezca plenos derechos sobre la tierra, reconozca los derechos legales de los pueblos indígenas a sus territorios, garantice a las comunidades pesqueras el acceso y el control de las zonas y ecosistemas de pesca y reconozca el acceso y el control de las tierras y las rutas de migración de pastoreo. Esta es la única manera de asegurar un futuro para los jóvenes del campo.
La Reforma Agraria Integral, vista como una distribución masiva de
tierras junto con el apoyo con recursos para la producción y el
sustento, debe garantizar el acceso permanente a los jóvenes, las
mujeres, los desempleados, los sin tierra, para complementar a las
pequeñas fincas, a los desplazados y todos aquellos que estén dispuestos
a participar en la producción a pequeña escala de alimentos
agroecológicos. La tierra no es una mercancía. Deben reforzarse las
leyes existentes y crear nuevas para protegernos de la especulación y un
marco jurídico que impida la especulación con ellas y su acaparamiento.
Continuaremos nuestra lucha en defensa de las tierras y los
territorios.
Semillas, bienes comunes y agua
Las semillas, el corazón
de la Soberanía Alimentaria las enaltecemos con el principio Semillas
Patrimonio de los Pueblos al Servicio de la Humanidad reafirmado hoy por
cientos de organizaciones en todo el mundo. Nuestro desafío pasa hoy
por seguir manteniendo a nuestras semillas vivas en manos de nuestras
comunidades, por multiplicarlas en el marco de nuestros sistemas
campesinos. Continuaremos la lucha contra su apropiación a través de
diversas formas de propiedad intelectual y su destrucción por su
manipulación genética y otras nuevas tecnologías. Nos oponemos a los
paquetes tecnológicos que combinan transgénicos con el uso masivo de
pesticidas.,
Seguimos hoy enfrentando la Leyes de semillas que de la
mano de los intereses de las corporaciones son privatizadas y
mercantilizadas. Seguimos enfrentando a los transgénicos y luchando por
un mundo libre de transgénicos.
Los ciclos de la vida fluyen a través del agua y ella es una parte
esencial de los ecosistemas y la vida. El agua es un bien común y como
tal debe ser protegido.
Construyendo desde nuestras fortalezas
Nuestra gran fortaleza es crear y mantener unidad en la diversidad. Nosotros tenemos una visión del mundo inclusiva, amplia, práctica, radical y esperanzada como invitación a unirnos en la transformación de nuestra sociedad y la protección de la Madre Tierra.
Nuestra gran fortaleza es crear y mantener unidad en la diversidad. Nosotros tenemos una visión del mundo inclusiva, amplia, práctica, radical y esperanzada como invitación a unirnos en la transformación de nuestra sociedad y la protección de la Madre Tierra.
▪ Las movilizaciones populares, la confrontación con los
poderosos, la resistencia activa, el internacionalismo, el compromiso
con los movimientos de base locales son esenciales para lograr cambios
sociales efectivos.
▪ En nuestra heroica lucha por la Soberanía Alimentaria
continuaremos construyendo alianzas esenciales con los movimientos
sociales tales como lostrabajadores y organizaciones urbanas y de las
periferias, con emigrantes, con quienes luchan contra la mega minería y
las mega represas, entre otras. .
▪ Nuestras principales herramientas son la formación, la
educación y la comunicación. Estamos fomentando el intercambio de
conocimientos acumulados hasta el presente con metodologías y contenidos
de formación cultural, política e ideológica y técnica; multiplicando
nuestras escuelas y experiencias de educación de nuestras bases y
desarrollando nuestras herramientas de comunicación desde nuestras
bases.
▪ Nos comprometemos a crear espacios especiales para potenciar a
nuestros jóvenes. Nuestra mayor esperanza hacia el futuro es la pasión,
energía y compromiso de nuestros jóvenes articulada en los jóvenes de
nuestro movimiento.
Nos vamos de esta VI Conferencia Internacional de la Vía Campesina dando la bienvenida a las nuevas organizaciones que se han integrado a la Vía Campesina, seguros de nuestras fortalezas y llenos de esperanzas con el futuro.
¡Por la tierra y la soberanía de nuestros pueblos! ¡Con solidaridad y lucha!
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