Es difícil para los militantes de la utopía, para aquellos
insumisos y rebeldes conscientes, comprender la trasmutación de aquellos que
enarbolaron durante tanto tiempo, las mismas banderas, los sueños subversivos
de querer tomar el cielo por asalto. Décadas de lucha común, el combatir día a
día en aras de la liberación social y nacional. Sacrificios individuales y
colectivos, miles de héroes anónimos que regaron con su sangre los vastos
territorios libertarios. ¿Qué les pasó hermanos? ¿En qué momento la lógica
materialista se apoderó de vuestras razones? ¿Es justificable el secuestro en
territorio venezolano, el cobro de impuestos, el contrabando y el narcotráfico
para financiar la lucha de “ustedes”? ¿Es de alguna manera que no entendemos
defendible el sicariato de dirigentes populares chavistas bolivarianos por el
simple hecho de defender la soberanía popular y nacional en NUESTRO territorio?
¿Es el internacionalismo para ustedes una consigna hueca sólo comprensible
desde la lógica del interés superior que representa vuestra “Revolución”?
Ya sabemos que la insurgencia y el pueblo colombiano
resisten la mayor actividad contrainsurgente norteamericana en Nuestra América,
¿eso justifica agredir al Pueblo venezolano y a sus organizaciones
revolucionarias por oponerse al hegemonismo y al sectarismo brutal que ustedes
quieren imponer de este lado? sí, de este lado de la frontera. ¿Ha sido
resultado de tanto años de guerra, operar cotidianamente con tal grado de
pragmatismo que no importa de donde vengan los reales, porque necesitan
financiarse?
Ya no viven los dorados años de la “Arauca Saudita”. Se les
cortó el suministro inmenso que recogían de los impuestos a las empresas
petroleras, o de la gobernación del Departamento de Arauca. La reingeniería de
las FFMM colombianas, los llevo a la defensiva estratégica y a replegarse
prolongadamente sobre territorio venezolano. Han descubierto que en nuestro
inmenso espacio geográfico la carencia de Estado les permite financiarse
aliados a las enriquecidas castas de militares y burócratas inmorales, no
importa si conspiran o no en contra del gobierno revolucionario, la causa de
ustedes está por encima de la ética y la moral. Llevarse alimentos subsidiados
de aquí para allá, el combustible, el gas, el ganado ha resultado un gran
negocio y de bajo riesgo. Todo ello bajo la sórdida mirada de quienes debieran
proteger los intereses nacionales de Venezuela bolivariana, todo por la maldita
y muy capitalista ganancia.
Pero no les ha bastado con eso. El gatillo fácil y las
lecciones de Yair Klein, de Rodriguez Gacha, de Carlos Castaño y Salvatore
Mancuso ustedes las aprendieron de memoria y las aplican con especial
dedicación en contra de quienes cuestionan sus razones, de quienes defendemos
con el pellejo por delante la dignidad de la Revolución bolivariana, de quienes
seguimos en la lucha hasta conquistar la verdadera y definitiva Independencia,
siguiendo el legado de nuestro Comandante eterno, de Hugo Rafael Chávez Frías.
Ustedes señores del ELN se creen fuertes. Tienen poderosas
armas y una experiencia que en vez de
estar volcada a combatir por los pobres
de Colombia, se ensañan con los y las revolucionarios venezolanos. Creen que
por estar comercialmente relacionados con militares anti patria, con candidatos
que pretenden reelegirse con colores propios por fuera del PSUV y el GPP,
disfrutarán de las gratitudes económicas de aquellas que no quieren a su madre,
ya que no quieren a su Patria. Están equivocados, optaron por “enmafiarse” y
compartir la cama con quienes a la primera de cambios los venderán también a
ustedes. Aquellos que no les duele la pobreza de su propia gente, aquellos que
por un puñado de dólares entregan servilmente los intereses de su Nación. Hoy
lo hacen ante ustedes, mañana con otros paramilitares, con la oligarquía rancia
de Colombia, o con los marines y los “rangers” del Norte.
Ustedes han despreciado el internacionalismo revolucionario.
Más rentable es el negocio, “el buisness” que la utopía, más tangible es el
dinero de los principios y la ética. Cruzaron el umbral del pragmatismo para
pactar con los diablos. Ya sólo los viejos colores libertarios, el rojo y negro
es lo que les resta de un pasado coherente y hasta heroico.
Este mes desaparecieron al compañero Andrés Puerta en
Guasdualito, el día 14 de noviembre, aplicando las peores formas de terror que
ha conocido Nuestra América, desde Guatemala hasta el Cono Sur. La figura de la
desaparición forzada ya no es patrimonio de gorilas ultraderechistas que
pretendían domesticar mediante el temor y la anulación de la memoria histórica
de nuestros pueblos, ahora el ELN tiene el triste “merecimiento” de colocarse
al lado de Rios Montt, de Videla, de Pinochet.
Hoy 29 de noviembre asesinaron a Freddy Saya y Gerson Rojas,
militantes de la CRBZ, voluntarios del Indepabis, ¿Para qué? ¿Para seguir
contrabandeando a la vista de todos y con plena impunidad? Están equivocados.
Ahora si han despertado la rabia, la dignidad del pueblo chavista. No le
tenemos miedo al Imperio norteamericano, menos a la triste caricatura de una ex
organización revolucionaria devenida en paramilitares. Ustedes eligieron
libremente pasar ante la historia como asesinos de un pueblo hermano, como
terroristas que aplican la desaparición forzada, como el mejor de los alumnos
de la antigua “Escuela de las Américas”. No nos queda más que emprender la
lucha por desenmascararlos, por explicar ante nuestro pueblo y el mundo que nos
averguenza el doble discurso y la práctica desdoblada de quienes se venden como
hijos de Camilo Torres y de Manuel Pérez, ese es otro de vuestros contrabandos.
Fortaleceremos la conciencia colectiva de nuestra gente, desarrollaremos cada
vez más organización, incrementaremos la movilización. Estén seguros que aquí
no se amilana nadie, que muy por el contrario, incrementaremos nuestra
presencia y actividad hasta que salgan del territorio venezolano y con ustedes,
se destierren las prácticas paramilitares. Que la lucha por nuestra soberanía
nacional y popular, por el derecho a la autodeterminación de nuestro Pueblo se
convierte más que nunca en un objetivo estratégico.
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