El
cielo se encapota de nuevo, anunciando tempestad. No puede ser de
otra manera pues estamos en Revolución, y las Revoluciones van de
batalla en batalla. La oligarquía rentista y parasitaria,
particularmente su fracción financiera, comercial e importadora,
alineada a los planes del imperio, no renuncian a recuperar
totalmente el control de la renta petrolera que perdieron con la
llegada del comandante Chávez al gobierno.
No
perdonan las medidas tomadas por el compañero Presidente y el
gobierno revolucionario contra la ofensiva especuladora y de
acaparamiento con la que pretendieron quebrar la voluntad del pueblo
el año pasado y viabilizar así una contundente victoria electoral
para sus expresiones políticas agrupadas en la MUD. Era predecible
que así fuera, y hoy la tenemos de nuevo en sus andanzas con una
nueva y renovada ofensiva, favorecida por un exitismo en las filas
revolucionarias, que hasta ahora ha impedido sostener continuidad en
las acciones políticas, económicas y legales contra la guerra
económica.
El
escenario de esta batalla decisiva en el campo económico,el cual,
como todos sabemos, es el flanco más débil de nuestra Revolución,
controlado en sus resortes, mecanismos y sectores por la burguesía.
Como lo dice el Plan de la Patria “No nos llamemos a engaño: la
formación socioeconómica que todavía prevalece en Venezuela es de
carácter capitalista y rentista”, por lo tanto, es de suponer que
allí el enemigo es fuerte y hoy está explotando tal fortaleza y
aprovechando nuestras propias debilidades.
Las
acciones de sabotaje que buscan estrangular y colapsar la economía
tienden a generalizarse. La situación de desabastecimiento,
especulación y acaparamiento, además del contrabando, que según el
gobierno revolucionario se lleva el 40% de los alimentos y productos,
fuera del país está configurando un peligroso escenario al que
debemos estar alertas, movilizados y preparados para defender la
Revolución, el legado del comandante Chávez y el gobierno
revolucionario.
Es
necesario esclarecer que la causa primaria de la situación es la
acción de la burguesía financiera, comercial e importadora, de los
grandes monopolios nacionales e internacionales que controlan, en
primer lugar, la dinámica de las importaciones de productos, pero
también gran parte de la cadena de distribución y
comercialización.Es decir, que tienen la yugular de la economía por
donde fluye el 80% de todo lo que consumimos bajo control, dado el
carácter importador de nuestro modelo económico. Desde esta
posición de fuerza actúa el enemigo. Quieren crear caos, terror y
desesperación en la población, que configure una crisis política y
económica que haga colapsar la Revolución.
El
argumento perfecto es la falta del flujo de dólares para cubrir los
costos de importación, de ahí resultaría obvio que el único
responsable de la situación es el ente que maneja y administra los
dólares de la nación: el gobierno nacional. Hay que decir que parte
del plan lo ejecuta el sector financiero nacional, al sostener
operaciones de guerra cambiaria, inundando con dólares el mercado
paralelo, que mediante distintos mecanismos se han robado de la renta
petrolera nacional. La Revolución Bolivariana tiene, entre una de
sus tantas paradojas, que esta es la única contrarrevolución en el
mundo que se ha enriquecido mucho más mientras conspira para tumbar
un gobierno revolucionario.
Si
bien nos parecen correctas el conjunto el medidas económicas tomadas
por el gobierno revolucionario en sus orientaciones estratégicas
generales, sobre todo en lo concerniente a poner orden en la
utilización de la renta petrolera con un plan de Plan de Divisas y
un Presupuesto de Divisas, las nuevas medidas cambiarias, la
Ley de Costos, Ganancias Moderadas y Precios Justos, el impulso del
sistema productivo nacional al definir los sectores motores para
ellos etc., las mismas deben ir acompañadas de un conjunto de
acciones, medidas y políticas para complementarlas como:
- Excluir a la Banca privada de sus funciones de intermediación u operadores cambiarios, pues ese es uno de los mecanismos mediante el cual este sector sigue aprovechándose de la renta petrolera, además de ser cómplice y parte en el mercado paralelo y en la fuga de las divisas.
- Incrementar las reservas operativas garantizando la venta de dólares de PDVSA al BCV.
- Implantar una reforma tributaria progresista, reduciendo el IVA de manera paulatina, y correlativamente establecer impuestos a las ganancias exorbitantes de la banca privada, impuesto a los grandes capitales, al lujo, a las grandes transacciones financieras. El IVA no puede seguir siendo la principal fuente de financiamiento del presupuesto nacional. Este impuesto recae directamente sobre el pueblo y representa el 30% del ingreso, mientras que el ISLR que pagan quienes obtienen ganancias, sólo representa el 14,8%. Esto configura un factor de desigualdad, pues quienes más ganan aportan menos. El IVA recae sobre el pueblo pobre trabajador.
- Estudiar la factibilidad para repatriar los activos financieros externos de la nación, con lo cual se podría contribuir a solventar el déficit de divisas que tiene en aprietos a la economía nacional. En la actualidad, el país cuenta con aproximadamente 130 mil millones de dólares colocados en distintos instrumentos financieros en la banca mundial.
- Diseñar un plan o misión estratégica de impulso y aceleración del sistema de economía comunal. Sentar las bases del nuevo modelo económico de carácter socialista pasa por avanzar sin pausa pero sin prisa en ese componente fundamental de lo que será la nueva arquitectura productiva pos capitalista. Los concejos comunales y comunas tienen el potencial para erigirse como un factor propulsor de la producción nacional, siempre y cuando exista una voluntad y decisión desde el Estado a impulsar y acompañar.
Además
de esto, es fundamental tomar un conjunto de acciones políticas. La
principal y más importante es la movilización nacional para
enfrentar la guerra económica con todo el potencial y capacidades de
la nación y del pueblo venezolano. El gobierno revolucionario debe
convocar a todos los sectores patriotas, nacionalistas, democráticos
y revolucionarios a una gran ofensiva en todos los terrenos para
poder derrotar la acción enemiga. No puede supeditarse la respuesta
revolucionaria a la acción aislada del gobierno. Esta es una
Revolución y en una Revolución el pueblo es el garante de todas las
luchas y todas las victorias. Se debe convocar al pueblo a tareas
concretas en cada uno de los frentes de lucha.Contra el acaparamiento
hay que masificar los comités populares de defensa de la economía,
pero de forma real y concreta.Contra la agresión imperialista
encubierta hay que llamar a las movilizaciones
antimperialistas,además de desplegar una gran ofensiva
internacional de denuncia de tales intromisiones.Hay que convocar al
Gran Polo Patriótico, tanto a los partidos revolucionarios como al
movimiento socialista chavista, de forma tal de unificar las fuerzas
bolivarianas para actuar en bloque en esta batalla crucial decisiva.
La
dirección revolucionaria está actuando y tomando medidas y
confiamos en ello, sin embargo, es necesario redoblar el paso, actuar
de manera más rápida en algunos temas que afectan enormemente la
confianza y merman el apoyo popular al proceso. El desabastecimiento
de medicinas, alimentos, productos de aseo personal, insumos
agrícolas y repuestos tiende a generalizarse, por lo que es urgente
mostrar capacidad de respuesta antes de que la desesperación y la
angustia hagan presa de la gente, que es lo que busca el enemigo.
Hay
que confiar en la conciencia sembrada por el comandante Chávez en
nuestro pueblo, y gracias a ello en gran medida seguimos aquí.La
victoria del 8D es una demostración de ello, activada por medidas
del gobierno que el pueblo percibió como el camino correcto. Este
pueblo está de pie, con dignidad y decisión de defender todas las
conquistas revolucionarias, pero necesita que la dirección del
proceso déclarasluces de que todo sacrificio vale la pena, en la
medida que avancemos hacia el rumbo trazado por el comandante Chávez.
En tal sentido se debe profundizar el vínculo directo entre el
compañero Presidente, la dirección política y el pueblo llano, ir
más a la gente, crear mayores espacios participación del pueblo,
emular la forma directa de relacionamiento que el comandante Chávez
practicó. Es peligroso partir de la premisa de que este pueblo es
leal porque si, que está claro políticamente y entiende “perse”
todo cuanto hace el gobierno revolucionario. La interacción
permanente pueblo, Presidente obrero, gobierno revolucionario es
fundamental.
La
CRBZ llama al pueblo chavista, al campo popular revolucionario a la
movilización, a la acción concreta para defender las conquistas
políticas, económicas y sociales de la Revolución ante la enorme
amenaza de la oligarquía y del imperialismo, esta vez en el frente
económico. Son tiempos de unidad, de madurez política, entender el
contexto de contradicciones en la que se desarrolla esta Revolución
y en las circunstancias en la que se encuentra después de la pérdida
de su liderazgo histórico. Hay que apoyar y confiar en la dirección
revolucionaria más allá de toda consideración y diferencias que
podamos tener. Sobre todo, hay que trabajar incasablemente por
organizar, movilizar y formar al pueblo chavista para que este
empoderado asuma su papel histórico. Esto es lo realmente radical en
la actual etapa revolucionaria. No hay mejor antídoto a las
desviaciones, extravíos, a tendencias reformistas o restauradoras
que puedan surgir dentro de la revolución, que el pueblo organizado.
OSCAR CONTRERAS
Coordinador Equipo Operativo Nacional CRBZ
MELITZA ORELLANA
Comisión Comunicación Agitación y Propaganda CRBZ
ORLANDO
ZAMBRANO.
Diputado
Asamblea Nacional, Coordinador Frente Nacional Campesino Ezequiel
Zamora-CRBZ.
DUILIAN
VIRIGAY.
Coordinador
Frente Nacional Comunal Simón Bolívar-CRBZ
31
de enero del 2014
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